Tiempo para vivir

Nick Rice

Es uno de los bienes más preciados, pero no puede ser comprado. Se puede ganar o perder, desperdiciar o ser saboreado, pero su valor solo puede decidirlo uno mismo. Nick Rice explora la naturaleza cambiante de uno de los lujos por excelencia – el tiempo.

“Buenos días”, dijo el Principito

“Buenos días”, dijo el comerciante 

El comerciante vendía píldoras que habían sido creadas para calmar la sed. Sólo había que tomar una pastilla a la semana para no sentir la necesidad de beber más.

“¿Porqué vende estas píldoras?” preguntó el Principito

“Porque te ayudan a ahorrar mucho tiempo”, dijo el comerciante. “Los expertos han hecho cálculos; con estas píldoras puedes llegar a ahorrar cincuenta y tres minutos cada semana.

“¿Y qué hago con estos cincuenta y tres minutos?”

“Lo que quieras…”

“Si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar como quisiera,” pensó el Principito para sí mismo, “caminaría tranquilamente hasta un manantial de agua dulce”

Este intercambio, imaginado por el escritor francés, poeta y pionero de la aviación, Antoine de Saint-Exupéry, pertenece a su aclamada novela de 1943, El Principito – el libro más traducido en lengua francesa.

"En el mundo moderno hay una proliferación de inventos para ahorrar tiempo."

Estamos rodeados de ellos. Desde microondas y lavavajillas hasta aspiradoras automáticas, cortadoras de césped y asistentes virtuales, como Alexa de Amazon o Siri de Apple – todo señala que deberíamos disponer de mucho tiempo en nuestras manos. 

Hemos conseguido ganar mucho tiempo gracias a la velocidad en todas las cosas que podemos adquirir o consumir. El correo electrónico y la mensajería instantánea han revolucionado tanto el ámbito público como el privado de las comunicaciones.

Se han realizado cálculos y los investigadores estiman que los 53 minutos extra por semana del Principito son en realidad 54 minutos extras al día en Occidente. ¿Pero realmente nos beneficiamos de este tiempo extra?

“Malgastar tiempo preocupa cada vez más que malgastar dinero.”

Eso depende de cómo se utilice. Si ganamos una hora al día para invertirla en trabajar más, en las necesidades de otra persona o en una actividad que no nos llena, ¿nos estamos realmente beneficiando de este tiempo extra? “No encontrarás a nadie que quiera compartir su dinero, pero ¡con cuantas personas compartimos nuestras vidas! La gente protege sus bienes personales, pero cuando se trata de gastar tiempo, desperdician la única cosa en la que se puede ser tacaño” predijo Séneca hace alrededor de 2000 años. Hoy en día, sigue siendo igual de pertinente que entonces.

El tiempo es el lujo por antonomasia, pero, aun así, se nos consume entre actividades. Muchos de nosotros, cuando tenemos un rato tranquilo, cogemos el teléfono para llenar el tiempo. Un viaje en transporte público o el paseo de regreso desde la cafetería se completa con una llamada, un mensaje, un correo electrónico o un juego. Sin darnos cuenta, podemos terminar oscilando entre apps, moviéndonos de una aplicación a otra, encerrados constantemente en la pantalla de un dispositivo. ¿Para qué sirve el tempo extra si solo lo llenamos con vacuidad digital, o lo utilizamos para tachar otra tarea en una lista de "tareas pendientes" sin fin?

"¿qué inversión de lujo puede ser tan gratificante como la inversión en el tiempo?"

A pesar de que se ha producido un incremento del tiempo de ocio en Occidente desde el siglo XVI tras la Reforma Protestante, y tenemos una ética del trabajo más relajada bajo la idea de que “el ocio es la madre de todos los vicios”, numerosas encuestas muestran que la gente se siente más ansiosa, estresada y siente más la presión del tiempo.

Investigadores han acuñado el término de ‘pobreza de tiempo’, que se refiere a una situación en que las personas invierten mucho tiempo en el trabajo y sienten que no tienen suficiente tiempo para hacer las cosas que les gustaría hacer. Esto puede afectar tanto a personas con ingresos altos y bajos, pero los trabajadores con salarios altos son los que más se lamentan del hecho de tener riqueza material pero escasez de tiempo.

A medida que hacemos la transición hacia la  economía de la experiencia, en que las experiencias han substituido los objetos como objetos valiosos, el tiempo es más valorado y las nuevas nociones de lujo giran en torno a sacar el máximo provecho del propio tiempo. En el sector vacacional, cada vez hay más personas dispuestas a pagar una cantidad extra para maximizar cada segundo de sus días de vacaciones en viajes hechos a medida, llenos de actividades exóticas.

La gente está intentando abarcar todas las actividades posibles de su tiempo, con el objetivo de hacer más cosas en menos tiempo. Esto también se evidencia en las actividades diarias, como el hablar con alguien a través de Bluetooth mientras conducimos y bebemos café, o como mirar la televisión mientras comemos y navegamos por internet al mismo tiempo.

Si bien la intención detrás de todo esto es aprovechar el tiempo al máximo, hacer cada vez más cosas de forma simultánea, en realidad contribuye a la sensación de escasez de tiempo.

En vez de hacer una actividad o una otra, hay una tendencia en hacer varias actividades más rápidamente. La norma de la era digital es el multi-tasking.

Aunque el multi-tasking aumenta la eficiencia de nuestro tiempo diario, también provoca que las actividades alternas, es decir, hechas por sí solas, sufran en calidad por la atención dividida. Como muchas cosas en la vida, el incremento en cantidad viene con una disminución en la calidad. Todos sabemos lo que es estar en una conversación con alguien que solo está presente a medias porque están tocando su teléfono simultáneamente.

Sin embargo, las aplicaciones que ahorran tiempo funcionan. Usando la app Shyp.com, un "héroe" de Shyp  nos ahorra el tiempo del desplazamiento hasta la oficina de correos y la espera en la fila, la recogida y el envolver el paquete, el envío con mensajero y el envío de la factura. Por una tarifa de 10 dólares al mes, la app Fetch pone a tu disposición un séquito de compradores profesionales para seleccionar elementos de internet para ti, incluyendo los costes de envío en a comparativa de precios.

Estamos atando muchos nudos gordianos en nuestro uso de la tecnología para ahorrar tiempo para otras tareas, a la vez que estamos alimentando la necesidad de escapar de la adicción a la pantalla y de desconectar.

“En un mundo hieperconectado la gente está empezando a buscar un respiro como respuesta a los estímulos constantes y a la marea de información recibida.”

Ahora que el tiempo está siendo reconocido como un objeto de lujo absoluto, se está haciendo cada vez más foco en la calidad de este tiempo. La gente está empezando a buscar un respiro como respuesta a  la estimulación constante y a la marea de información recibida. En el siglo XXI se está produciendo un aumento dramático en las horas que dedicamos a los dispositivos tecnológicos cada día y como respuesta está creciendo el sector de los detox digitales para ayudar a los huéspedes a desconectar y recuperar un sentido de calidad.

A medida que las personas empiezan a darse cuenta de que el tiempo es un recurso más valioso que el dinero, los retiros de detox están creciendo. Malgastar tiempo preocupa cada vez más que malgastar dinero. Un ejemplo de estos retiros es Stedsans, en Suecia. El resort combina el concepto de retiro vacacional con una granja de permacultura y ofrece el lujo de la nutrición saludable con actividades al aire libre y de reposo. La sostenibilidad y el propósito son fundamentales en este "laboratorio para el estilo de vida del futuro".

Otro ejemplo de éxito es Papaya Playa en Tulum. Fundado por Design Hotels, el beach boutique resort permite la entrada de dispositivos digitales, pero su foco está en la calendarizació de eventos con expertos del mundo del wellness y las actuaciones de DJs internacionalmente reconocidos. Design Hotels ha tenido tanto éxito con este concepto que también han abierto hoteles en Mykonos, Río de Janiro y más recientemente en Ibiza, una granja-hotel de 10 hectáreas llamada La Granja. El hotelero Thierry Teyssier también identificó esta tendencia y  para ello fundó un proyecto llamado 700,000 Heures, haciendo referencia al promedio de horas de la vida humana. La cadena de hoteles, que gira en torno al concepto de “hotel nómada” ve aparecer una nueva propiedad cada seis meses en lugares remotos donde la belleza impera en los paisajes.

Estos retiros alternativos, que están apareciendo en todo el mundo, están dirigidos a un número creciente de personas que aprecian que el tiempo es corto y precioso. En ellos se alienta a los huéspedes a cambiar el scroll sin sentido por los recovecos de la mente por una conexión mental con uno mismo, con la naturaleza para tomar conciencia del verdadero valor del tiempo.

Al magnate de negocios multimillonario estadounidense Warren Buffet se le reconoce por poner en valor su tiempo libre, ya que mantiene en su agenda, muchos días libres. "Insisto en invertir mucho tiempo, casi todos los días, solo para sentarme y pensar ... la inversión más importante que se puede hacer es en uno mismo", dice.

En una entrevista con Bill Gates y Charlie Rose, Buffet destacó el principal valor del tiempo: “Es la única cosa que no se puede comprar. Quiero decir, que yo puedo comprar todo lo que quiera, pero no puedo comprar tiempo.”

Utilizamos el verbo gastar cuando hablamos de tiempo, aunque al tiempo no se le puede poner precio. Cuando algo es considerado de valor inestimable, se percibe como algo de un lujo supremo – y ¿qué inversión de lujo puede ser tan gratificante como la inversión en el tiempo?  El desafío en esta era moderna de hiperconectividad, de reducción de la paciencia y la búsqueda de una gratificación instantánea, es dedicar un tiempo a hacer nada ... simplemente para ser uno mismo.

La vida no es corta si sabes cómo invertir en ella. Como aprende El Principito en la novella de Saint-Exupéry: "es el tiempo que gastas en tu rosa lo que hace que tu rosa sea tan importante".