UN FUTURO SOSTENIBLE

Existir en equilibrio

Marisa Drew

Un impacto significativo

Marisa Drew es una respetada líder en el sector mundial de las finanzas y es ampliamente reconocida como una de las 50 mujeres más poderosas en el sector internacional de los negocios. Al trabajar con múltiples grupos de clientes de todo el mundo, Drew es una pieza clave en el desarrollo de la inversión de impacto y las finanzas sostenibles. Como Directora Ejecutiva del Departamento de Asesoría de Impacto y Finanzas de Credit Suisse, la compañía internacional de servicios financieros que cuenta con más de 45.000 empleados en más de 50 países, Drew supervisa inversiones para el patrimonio privado del banco y para clientes pertenecientes al ámbito institucional y corporativo.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de riqueza que pueden generar el sector empresarial y el institucional, llegar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas parece una meta más que realista o parece una meta alcanzable. La inversión del sector privado puede ser un salvavidas para la Economía Sostenible y los importantes desafíos ambientales y sociales a los que se enfrenta la humanidad, ayudando a solucionar el problema mano a mano junto con la filantropía, las donaciones de las ONGs y la contribución de los gobiernos. Nick Rice se reúne con Marisa Drew para hablar acerca de cómo la inversión de impacto podría ayudar a salvar el planeta.

Durante muchos años, has sido una pieza fundamental en el sector de la inversión de impacto, ¿cómo ha ido evolucionado?

La inversión de impacto, o Impact Investing, ha pasado de ser un concepto "marginal" muy poco conocido en los márgenes de la comunidad financiera, que normalmente era defendido por un pequeño grupo de inversores y gestores de fondos, a convertirse en una idea que está empezando a ser ampliamente adoptada por el sector académico, los medios de comunicación, los reguladores, los actores gubernamentales y, lo que es más importante, por la comunidad de inversión institucional que gestiona varios miles de millones de dólares de capital. El capital que fluye hacia los inversores de impacto sigue esta tendencia, y en la actualidad este mercado ronda los 500.000 millones de dólares, lo que implica una tasa de crecimiento a cuatro años de más del 800 %, usando la misma fuente.

“La convergencia entre propósito y beneficio mediante la inversión de impacto es simplemente una "inversión inteligente" y el sector privado tiene un papel significativo que desempeñar.”

Escuchar esto es muy alentador, ya que parece ser que la inversión de impacto es hoy en día más crucial que nunca, ¿verdad?

La inversión de impacto, es decir, hacer inversiones que generan un rendimiento financiero, a la vez que se busca crear un impacto ambiental o social positivo concreto, es sin duda una pieza fundamental de la ecuación. Hoy en día la gente comprende que tanto los gobiernos como el sector de las organizaciones sin ánimo de lucro tienen, en su conjunto, una capacidad limitada para recaudar los fondos necesarios para poder hacer frente a asuntos medioambientales tan urgentes como las emisiones de CO2, la pérdida de la biodiversidad, la acidificación de nuestros océanos, la deforestación y la proliferación de los residuos plásticos. Al mismo tiempo, la comunidad de inversores también está empezando a adoptar de forma generalizada la idea de que el despliegue de capital en estas áreas puede ser, y de hecho será, muy rentable, ya sea en forma de beneficios comerciales o bien reduciendo lo costes desproporcionados, o incluso ambos a la vez; por lo tanto, esta suerte de convergencia entre propósito y beneficio mediante la inversión de impacto es simplemente una "inversión inteligente" y el sector privado tiene un papel significativo que desempeñar.

Debes haberte encontrado con que en diferentes regiones del mundo se tienen unas ideas y una historia que difieren entre sí con respecto a la inversión sostenible

El nivel de desarrollo y la comprensión del cliente del espacio de inversión de impacto es muy diferente dependiendo de la geografía o lugar en el que se encuentre. Creo que Suiza es uno de los países más avanzados, al igual que la

región nórdica.... la sostenibilidad forma parte de sus diálogos y hábitos de inversión desde hace mucho tiempo. Mientras que si vas a Asia, se encuentran en lo que llamaríamos la primera fase, lo que hace que sea todo interesante y complejo, pero con muchas oportunidades a la vista.

El Credit Suisse DNA, en este territorio en general, realmente lleva en activo desde hace casi 17 años, por lo que ciertamente data de antes de la formalización de este departamento. Comenzamos a ofrecer alternativas de inversión social y verde mucho antes de que existiera el término inversión de impacto. Hace quince años, fuimos cofundadores de uno de los primeros gestores de fondos de impacto que existió, un grupo con sede en Zurich llamado 'ResponsAbility'. Eso fue bastante novedoso en su día. Además, durante esa época creamos una de las primeras estructuras de inversión de impacto de Credit Suisse centradas en la inclusión financiera.

“La industria de la moda por sí sola utiliza más energía que la de la aviación y la del transporte marítimo combinados, y que es el segundo mayor emisor de carbono del mundo.”

¿Por qué el espacio de inversión de impacto está empezando a ganar tracción ahora? ¿por qué ha tardado tanto tiempo en desarrollarse?

A mi manera de verlo, hay dos acontecimientos fundamentales que han galvanizado la atención y la acción mundial en los últimos años: el Acuerdo de París sobre el cambio climático y el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Antes de esto, existía el concepto de inversión de impacto, pero yo diría que era más marginal. Ciertamente había inversores con mentalidad social y medioambiental que buscaban hacer el bien con el uso de su dinero, pero en realidad aún no formaban parte de lo que yo llamaría temas de inversión ampliamente adoptados y era algo que se limitaba en gran medida a pequeños grupos de inversores. De ninguna forma era una práctica que llamara a una gran participación por parte de los inversores institucionales.

Centrándonos en el sector del lujo, específicamente en el crecimiento del llamado "lujo sostenible" que se ha experimentado en la última década, ¿existe algún cruce o colaboración entre la inversión de impacto y el sector del lujo?

Lo que sabemos es que la industria de la moda por sí sola utiliza más energía que la de la aviación y la del transporte marítimo combinados, y que es el segundo mayor emisor de carbono del mundo, con un 10 % de las emisiones mundiales de carbono. También es el segundo mayor contaminador de los recursos de agua dulce del mundo. Al mismo tiempo que estos hechos con un mensaje tan aleccionador vagan por las mentes de los inversores, hemos sido testigos de la aparición de la generación de los "Millennials", que están actuando como consumidores activistas y, cada vez más, como inversores de impacto. Esta generación heredará miles de millones de dólares en riqueza durante las próximas décadas y este mismo grupo de consumidores asegura que su propensión a invertir para lograr un impacto positivo es mayor que la de cualquier generación anterior. Según una encuesta reciente, más del 85 % de los llamados clientes de "nueva generación" de Credit Suisse que fueron encuestados, están muy interesados en las inversiones de impacto o ya las están realizando. En la actualidad, los Millennials y la Gen Z representaron el 47% de las compras de artículos de lujo en 2018. Se estima que representarán el 55% del mercado en 2025 y que contribuirán al 130% del crecimiento del sector durante este período. Esta generación ya exige más de las empresas a las que como consumidores financian a través de su carteras, y harán lo mismo con sus inversiones a medida que su riqueza empiece a aumentar o cuando hereden.

“La cantidad de ropa comprada se ha duplicado en los últimos 15 años, con una persona poseyendo un promedio de un 60% más de prendas de vestir en 2014 en comparación con el año 2000, pero solamente vistiéndolas la mitad de veces.”

¿Has notado un cambio en la evolución del concepto de lujo? Como por ejemplo, cuando el lujo es consumido y expresado a través experiencias en lugar de mediante la adquisición de productos.

En efecto, hemos sido testigos de un cambio radical en la actitud de los consumidores en lo referente al lujo y al consumo, conceptos que en algunos casos van de la mano. Una vez más, tomando el sector de la moda como ejemplo, debido al fenómeno de la fast fashion o moda rápida y a la conveniencia y facilidad con la que pueden hacer compras online, la cantidad de ropa comprada se ha duplicado en los últimos 15 años, con una persona poseyendo un promedio de un 60% más de prendas de vestir en 2014 en comparación con el año 2000, pero solamente vistiéndolas la mitad de veces. Creo que muchos consumidores se han sentido incómodos con estas estadísticas y con los datos relacionados con el exceso de consumo que señalan. Se estima que más de la mitad de la producción de moda rápida se tira en menos de un año y que se reciclan menos del 1% de los materiales. En respuesta a esto, estamos comenzando a ver un cambio de mentalidad con la aparición de un grupo demográfico emergente de consumidores -que no está limitado por la edad o el género- llamado "Generación Menos". Este grupo de consumidores se centra en comprar menos pero comprando mejor, teniendo en cuenta la calidad por encima de cantidad, y con una fuerte consideración por la huella ambiental y social que dejan los bienes y servicios. Los ideales del "menos es más" influyen en la adquisición de menos bienes físicos, sustituyéndolos por el deseo de vivir experiencias enriquecedoras, de nuevo con la mirada puesta en el medio ambiente. El crecimiento exponencial del ecoturismo en la última década es una demostración de la "nueva" economía del lujo.

Teniendo en cuenta lo influyente que es el sector del lujo, ¿crees que le corresponde a dicha industria integrar mejor la sostenibilidad en las principales estrategias empresariales, productos y operaciones, para ayudar a impulsar el progreso medioambiental y social?

No sólo le corresponde a la industria hacer esto, sino que es una necesidad... ¿por qué? No porque sea un noble objetivo, sino porque es un imperativo empresarial. Un estudio reciente reveló que se esperaba que los compradores de 80 grandes almacenes duplicaran su gasto total en productos sostenibles en los próximos cinco años, ya que el 25 % había eliminado al menos el uso de una marca por motivos de sostenibilidad. Si una empresa no tiene algún plan para aplicar a su huella medioambiental y su línea de productos, podría estar realmente arriesgando su licencia para seguir operando.

¿Pueden el lujo y la sostenibilidad ir de la mano?

La "Generación Menos" es un claro indicador de que hay una tendencia en alza basada en la sostenibilidad, por no decir que podría incluso tratarse de un movimiento, y el mayor beneficiario de esto debería ser el sector del lujo. Si una marca puede demostrar la calidad y el cuidado con que se ha llevado a cabo la producción de sus productos y la longevidad de los mismos -junto con, por supuesto, una narrativa auténtica sobre sus políticas medioambientales y sociales-, entonces jugará un papel importante en tocar la sensibilidad de este grupo demográfico, que quiere comprar menos artículos de mayor calidad, que se podrán en numerosas ocasiones. Creo que esto también creará una oportunidad para que las marcas de lujo enfocadas a la sostenibilidad tomen una cuota de mercado, en el que probablemente habrá un declive inevitable de la moda rápida. El lujo tiene una amplia tradición en hacer productos que están hechos para durar, piensa por ejemplo en que hay muchas marcas que promueven la idea de pasar un preciado artículo a futuras generaciones... como por ejemplo, un reloj Patek Philippe o un bolso de Chanel.

¿Cómo pueden las empresas de lujo utilizar sus estrategias de negocio para contribuir a un impacto positivo?

Los casos son demasiado numerosos para contarlos, pero el uso de materiales reciclados que reutilizan los residuos es un buen ejemplo de un impacto ambiental positivo. Tanto si se trata de utilizar plástico proveniente de los océanos en calzado de diseño y ropa de exterior, como Adidas y Moncler, o crear hilado de seda artificial a partir de subproductos de cítricos como Ferragamo, los materiales y procesos reciclados que éstos utilizan, no comprometen la calidad ni el rendimiento de los productos finales y, en algunos casos, se han patentado para asegurar una forma de propiedad intelectual que hace única a la marca. Las empresas están ayudando a extender la vida de sus prendas, lo que reduce los desechos y refuerza el espíritu de marca -la campaña que más ventas ha generado en la historia de la marca Patagonia - "Don’t buy this jacket" (No compre esta chaqueta) - que tenía como objetivo una disminución en las compras de los consumidores durante el Black Friday, ideas que también son muy poderosas. Conseguir la lealtad a una marca es algo que no tiene precio, que en este caso se generó al ofrecer la idea de reparar frente a reemplazar. Stella McCartney introdujo un nuevo sistema de etiquetado llamado "Clevercare" para ayudar a los consumidores a prolongar la vida de su ropa invitando a que se preste una especial atención a sus cuidado. Cada uno de estos ejemplos son líneas de negocio e iniciativas sostenibles que han sido incorporadas con éxito a la misión de dichas compañías, al posicionamiento de productos y/o al mensaje de marca.

“El reciclaje, la reutilización y la reparación en un sistema de circuito cerrado, en comparación con el modelo lineal de producir, consumir y eliminar, es un tema clave para los inversores de impacto.”

Teniendo en cuenta que se centra en el consumo, ¿podrá la industria de la moda calificarse alguna vez como sostenible?

Prácticamente todas las industrias y negocios dependen del consumo y de las ventas. En la mayoría de los lugares del mundo, las personas consumen mucha más cantidad de la necesaria de todo tipo de bienes para sobrevivir, ya sean alimentos, ropa, productos de consumo, energía, etc., por lo que, por esa razón, así que por esa razón, es difícil decir que la moda es una industria que no puede ser rehabilitada. El problema con la industria de la moda, como demuestran algunas de las estadísticas que he proporcionado anteriormente, es su deficiente balance medioambiental y, en muchos casos, sus prácticas laborales, lo que también se traduce en unos datos relacionados con el impacto social que dejan mucho que desear.

En tiempos más recientes, la moda rápida también ha contribuido a un elevado aumento de los residuos generados -aunque industrias como la agrícola también producen niveles inaceptables de residuos -solo en EE.UU., se desperdicia el 40% de la producción de bienes- por lo que, en lugar de tomar decisiones en nombre de una industria determinada, prefiero centrarme en la capacidad, la voluntad y las medidas adoptadas por las empresas y la industria en su conjunto para realizar una transición sostenible. No cabe duda alguna de que la industria de la moda puede operar de una manera más sostenible que en la actualidad y esto tendrá un impacto material positivo en el planeta. Estamos reconociendo estos comportamientos a través del liderazgo de la industria y de una creciente ola de compañías que se están uniendo para formar parte del viaje a la transición sostenible.

“Sigo siendo optimista y creo en el poder del ingenio humano para resolver los mayores desafíos del mundo.”

A menudo se habla de la economía circular como si fuera un modelo que todas las industrias deberían adoptar para restituir lo que queda de la biosfera y evitar una catástrofe climática irreversible a escala mundial. ¿La economía circular forma parte de tu trabajo relacionado con la inversión de impacto?

En efecto, la noción de reducir o, en última instancia, eliminar los residuos mediante el reciclaje, la reutilización y la reparación en un sistema de circuito cerrado, en comparación con el modelo lineal de producir, consumir y eliminar, es un tema clave para los inversores de impacto. Existe un fuerte deseo por parte de la comunidad "de impacto" de apoyar a las empresas relacionadas con la economía circular, basados en la creencia de que, con el tiempo, los beneficios económicos que generan estas empresas superarán a los de otro tipo inversiones y los beneficios medioambientales son esencialmente infinitos si ayudan a salvar el planeta.

Un buen ejemplo de esta "nueva generación" de empresas que forman parte de la economía circular es la marca de ropa y accesorios Ecoalf, que reutiliza muchos tipos de residuos que provienen del océano, que van desde redes de pesca, botellas de plástico, neumáticos e incluso posos de café, hasta productos de moda para el consumidor consciente de "próxima generación". Al venir de la industria de la moda, en esta empresa creen que pueden tener un impacto positivo en la salud de los océanos sin tener que hacer concesiones en el estilo o el precio.

¿Cuál es tu opinión acerca de una herramienta estandarizada de medición de la cadena de suministros para que las etiquetas de las prendas de vestir puedan informar a los compradores sobre los efectos sociales y medioambientales de sus compras?

Aunque me encanta abordar el reto de proporcionar más transparencia al consumidor, creo que en la actualidad es aun un desafío, sobre todo debido a la falta de datos referentes a la calidad y de mecanismos para llegar a la fuente final de muchas cadenas de suministro. Dicho esto, el hecho de utilizar tecnología blockchain o de cadena de bloques, junto con el aprendizaje automatizado, estoy segura de que podemos llegar a un punto en el que sea posible rastrear los bienes hasta su punto de origen y poder comprender realmente las huellas ambientales y sociales que dejan.

Hoy en día se están llevando a cabo muchas iniciativas interesantes centradas en la idea de una cadena de suministros sostenible, entre ellas está una empresa creada entre Stella McCartney y Google para rastrear ciertos materiales textiles (como el algodón y la viscosa), así como otros proyectos fuera de la industria de la moda, que podrían aplicarse a las prendas de vestir cuando la tecnología esté más desarrollada. Se trata de un campo de estudio apasionante que, en última instancia, permitirá a los consumidores tomar decisiones mejor informadas sobre las empresas y marcas a las que decidan dar su dinero y que también debería acelerar la rehabilitación de las cadenas de suministro no sostenibles.

¿Las inversiones sostenibles pueden salvarnos?

Mucha gente opina que ya hemos pasado ese punto de inflexión, pero yo sigo siendo optimista y creo en el poder del ingenio humano para resolver los mayores desafíos del mundo, ya que hemos demostrado una y otra vez que las innovaciones creadas por el hombre han logrado lo aparentemente imposible. Dicho esto, cada día que pasa los problemas del cambio climático son exponencialmente más difíciles de abordar. La inversión sostenible tiene un enorme potencial para ser una parte muy importante de la ecuación, ya que la mayoría de los problemas pueden resolverse si se invierte en ellos suficiente capital... pero, necesitamos una coordinación verdaderamente global entre los sectores público y privado, incluyendo las empresas, los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad de ONGs, para que todos se reúnan y trabajen juntos con los inversores financieros. Los inversores sostenibles por sí solos no pueden resolver el problema del cambio climático si los responsables de la formulación de políticas no están alineados con tanto con los incentivos como con las trabas en las regulaciones, o si, por ejemplo, el mundo desarrollado haya logrado reducir los gases de efecto invernadero, mientras que los mercados emergentes aún mantienen la actual trayectoria relacionada con el crecimiento previsto de dichas emisiones.

Para finalizar, lo importante no es solo lo que hacen las empresas de lujo, sino también de lo que hacemos nosotros como consumidores. La diseñadora de moda Vivienne Westwood ha dicho que los clientes deben "comprar menos" y "elegir bien". ¿Tienes la esperanza de que la forma en que se hacen los negocios cambiará, o es esta métrica algo insensata de medir el éxito que es el crecimiento perpetuo va acabar con todos nosotros?

Al fin y al cabo tenemos que tener en cuenta que el negocio de las empresas está en servir a sus clientes y si el cliente demanda un cambio, el negocio debe responder o desaparecer. La alta demanda por parte de los consumidores para hacer que el sector evolucione es, sin lugar a dudas, algo palpable y ya estamos viendo, a través de su comportamiento y de sus modelos de negocio, de que forma están respondiendo las empresas. Lo estamos viendo en los cientos de iniciativas y anuncios individuales relacionados con la sostenibilidad por parte de las empresas  -simplemente hay que buscar en Google cualquier marca líder junto con la palabra 'sostenibilidad'- y a parte, también lo entendemos como un esfuerzo para fomentar la colaboración dentro de la industria. A finales de agosto, 32 empresas de moda, entre ellas líderes del sector del lujo como Chanel, Ralph Lauren y Kering, firmaron el Fashion Pact , un acuerdo para combatir los gases de efecto invernadero e impulsar la sostenibilidad en todo el sector.

En cuanto al modelo de crecimiento del consumo como única forma de medida definitoria del éxito, me gustaría señalar la reciente salida a bolsa liderada por Credit Suisse de RealReal, la primera empresa de ropa de segunda mano en cotizar en bolsa y un modelo de negocio basado únicamente en la prolongación de la vida útil de los artículos de lujo.  En su primer trimestre como empresa pública, registró un crecimiento interanual en sus ingresos de más del 50% y sus acciones aumentaron un 40% el primer día de negociación de valores. Esto me da la esperanza de que los nuevos modelos centrados en la sostenibilidad atraerán y retendrán la lealtad de un nuevo tipo de consumidores conscientes, asegurando así su - ¡y nuestro! - un futuro sostenible.